52 semanas · #13


13. Usa el título de tu libro favorito cuando era pequeño/a como inspiración para tu siguiente historia. Escribe una historia que no se asemeje a la original

EL SOBRINO DEL MAGO


Archibald llama otra vez, y los dos golpes rasgan la noche.
—Abre de una puta vez, Ian.
Es una amenaza, aunque no lo implique, aunque sea un gruñido que no sacaría de su sueño a un bebé dormido y sean las dos de la mañana.
Ian no quiere abrir, pero sabe que si no abre todo será peor, para él y para Emily. La mujer gime a su lado y lo abraza. Quiere impedir que salga de la cama de la caravana, donde ha entrado para calmarla. Emily tiene diez años más que Ian, pesadillas y epilepsia. No debería estar en aquella caravana, sino estudiando en la universidad, de dónde Archibald la trajo.
Pero ya es tarde.
Ian se desliza fuera de las mantas, no sin luchar antes, y piensa que quizás hoy no vaya a pelearse con Emily. Cuando tira del pomo de la puerta bloqueada, sabe que aquello es una ilusión tan vana como seguir creyendo en el «nos estamos peleando» que Archibald le dio como excusa la primera noche de hace tantas.
Archibald huele a alcohol, a colonia cara y a sueños partidos. Es guapo, Ian lo sabe porque todas las chicas jóvenes suspiran por él en las actuaciones y porque Emily le enseñó una vez fotos de lo que normalmente se consideran hombres guapos y reconoció la mandíbula marcada, la nariz algo curvada, los ojos claros. Reconoció la piel no muy bronceada y el pelo oscuro de Archibald, su media sonrisa y los hombros anchos, y también alguna de sus camisas.
El mago no enciende la luz. Solo se despoja de la ropa mientras Ian va a su estrecha cama, el sillón que Archibald ocupa a la hora de desayunar, y se envuelve en mantas y cojines aunque haga calor, porque no quiere oír, porque sabe que Archibald no se marea aunque haya bebido tanto y que Emily y su cuerpo de muñeca de trapo con curvas remendadas y trenza clara no va a escaparse de él.
Al principio va a intentarlo por las buenas. Ian sabe porque lo hace. Le gusta pensarse un caballero, algo romántico y etéreo, como hace cuando esta frente a un público. Va a intentar besarla, no en la boca, y después le meterá la mano por debajo de la camiseta para que ella también lo bese. Al principio, cuando Emily creía saber dónde se había metido, siempre reía y le respondía, e Ian solo se tenía que preocupar por ser egoísta y no poder dormir.
Hace mucho tiempo desde la última vez que Emily quiso hacerlo.
Emily está rota, Ian lo sabe sin tener que ver como Archibald la golpea. Emily está muy rota. Al principio solo lloraba cuando creía que nadie miraba, porque creía que era una chica con suerte. La ayudante del mago. Y el mago era un caballero, y era guapo, y era inteligente, y ella era la egoísta. Era su dinero, podía gastárselo en todos los gin tonics que viera oportunos. Podía despertarse a la mañana siguiente de la tormenta, odiándose a sí mismo y pidiéndole perdón de rodillas. Emily decía que no pasaba nada, que ella había querido tanto como él, que gemía cuando estaba a gusto, y que no había llorado. Después lo besaba.
Era cierto. Al principio solo lloraba cuando estaba sola, pero no aguantó siempre. Ian la vio llorar, y la abrazó con la inocencia de ocho años. Emily gritó, porque tenía el mismo pelo oscuro que Archibald, y había confundido el tamaño de su mano. Después siguió llorando. Ahora, solo se apoya en Ian, pero jamás le dice nada.
Ian quiere ayudar a Emily. Quiere que deje de clavarle las uñas en los brazos y que deje de suplicarle que no abra cuando Archibald llama a la puerta, quiere que deje de estrecharlo contra su pecho mientras tiembla, y quiere dejar de ser el único que se queda junto a ella cuando las luces del escenario susurran la maldición que jamás deberían susurrar.
Archibald ya ha encontrado una posición cómoda, y ya no hay forcejeo, solo pequeños golpes repetidos. Es un ritmo lento. Podría acunar a Ian si Ian no supiera lo que significa la canción, pero lo sabe.
Lo sabe tan bien que hasta la cantan en su idioma. Son dos voces. Claras pero suaves. Y nunca será una nana.

I—an, I—an. No te duermas.
I—an, I—an. Atrévete a dormirte.

Vendrá el lobo, Ian. Vendrá el lobo y te comerá
Despierto o dormido
Así que lo mejor es que corras
Ser bueno no hará una diferencia
Ser bueno no es garantía
I—an, I—an. No te duermas

Cierra los ojos, Ian. Cierrálos y no los abras.
Solo tienes que aguantar lo suficiente.
No saldrás de esta con tus piernas
así que usa tu cabeza
Atrevete a soñar y escapa
I-an, I-an. Atrevete a dormirte.

No te duermas, Ian. Vendrá el lobo.
A mamá se la llevó mientras dormía.
¿Te acuerdas, Ian?
A papá se lo llevó con una botella en la mano.
¿Te acuerdas?
Mejor estar despierto. Mejor estar alerta.

Pero desde entonces eres el sobrino del mago
¿No es divertido? Ya no hay mamá ni papá ni cole
Ahora está el sobrino del mago, el mago y la princesa
No observes, solo mira
Dolerá menos
Sueña, Ian. Atrévete a dormirte.

I-an, I-an. No te duermas.
I-an, I-an. Atrévete a dormirte.

2 comentarios:

  1. Señorita Firenze, queda usted SEÑALADA. Por dos motivos. Porque me encanta como escribes. Sí, o sí. Y porque te he nominado a uno de estos premios de blogs ^^U

    Te dejo el link, por si te quieres pasar a contestar las preguntillas y todo eso <3

    http://lecturadebuhardilla.blogspot.com.es/2016/11/once-datos-y-un-logo-guay-liebster-award.html

    ¡Un besote!

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  2. ¡Un relato impresionante! Me ha encantado, ha sido sencillamente genial y te deja con ganas de más. *.*

    Pasaba a nominarte para el booktag "11 cosas sobre mí". Te dejo el enlace por si te interesa: http://phoenixretribution.blogspot.com.es/2016/12/booktag-6-11-cosas-sobre-mi.html

    Nos leemos, te mando un beso =D

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